Trenes Argentinos

nada tengo que esperar para ver cómo te perdés
entre los paneles azules de la estación, trenes argentinos
efecto cascada en el andén y vos un punto difuso
al otro lado de la distancia vuelta profunda
que levanta una mano y saluda a la mía
mucho más nítida, alineada lo mismo
a un costado del punto de fuga
después
como una ventanilla cascoteada
fracturás la perspectiva
cruzando las vías, la plaza
llena de gatos atigrados
que se agazapan ante presas invisibles
y tiran zarpazos a un destiempo que va bien
con la canción que entonás volviendo a tu casa
una canción que podría ser
sobre cualquier cosa
sobre puntos de fuga o trenes que se alejan
hacia donde las formaciones abandonadas
juntan herrumbre en campos de rieles quebrados
y mástiles de la antigua señalización ferroviaria
hacia donde las enredaderas tapan los muros de ladrillo
ahogando los trazos gastados de los grafiteros
y vos más ausente que difuso
no estás para marearte en reversa
con el transcurrir amurallado de los andenes provisorios
ni para ver cómo las vías diseccionan la ciudad
conviertiéndote en voyeur de ese desmonte urbano
que es la cotidianidad desnuda de otrxs
las camisetas de rugby secas al aire de las vías
se parecen más a la poesía que a la desnudez
al devenir entre los pliegues de tu ropa
que se desliza como las formaciones nuevas, trenes argentinos
cuando toman velocidad y vibran sobre los puentes de hierro
yo me aferro al vértigo como a una proyección astral
cierro los ojos y evoco tus formas cuando me cogés
el temblor afuera, el temblor adentro
la terminal
es una caverna oscura
donde se confunden ramales y cuerpos
entonces el vértigo no difiere de la excitación
más que en el abandono de las estaciones
por lo demás somos trenes que corren
desesperadxs por alcanzar un punto de fuga

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