la brisa me hace bajar
cuando subo a la terraza
me preocupa mi capacidad
de pasar tiempo en silencio
sin hacer nada
veo relucir las membranas
bendición de los días
y los contratos laxos
mido reacciones fisiológicas
a los ensayos que hago
para dejarme
las uñas quietas
me preocupa
no acostumbrarme
salgo a caminar
por donde no hay vidrieras
ni cámaras delanteras
me busco yo en la manera
en que terminan
mirándome
aunque no quieran
los transeúntes
me gusta también
escucharlos de pasada:
me da terror cuando estoy
a punto de empezar
la plata
que no alcanza para nada
está como resignada
piensa que va a ser así
para siempre
hasta que la deje
o hasta que la baje
los escroleo sin avatares
por circunvalación
entre edificios tricolores
donde el cielo se abre
la luna blanca
casi llena de febrero
siempre creciendo
para un lado
y decreciendo
para el otro
los sentidos son efectos
de la distancia que guardamos
un espejismo degradado
entre arroyos entubados
me hace acordar al mar
cuando cae la tarde
me hace intuirlo cerca
y en la vieja estación
que el domingo candombea
todo menos costaneras
un graffiti que me proyecta
hacia nuestra potencia
hacia la que nos queda
dice:
las vías son de verdad
como quien dice:
todavía

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