al profesor de filosofía

–el amor no subvierte nada
cuando dijo eso me enamoré

tragué saliva y miré al piso
iba perdiendo



después me di cuenta
lejos de haber sido mi game over
el incapaz de subvertir nada
era él



la sonrisa triunfal duró un parpadeo
una contracción breve de los pómulos

le devolví la mirada fija
iba ganando

Comentarios