ficción Nº9

te acordás cuando te escribí ese poema
me habías preguntado cómo te veías
las luces te teñían la cara y te movías lento
te acordás que te lo leí en un callejón
yendo a ver alguna banda
te acordás que no chapamos ese día
depués nos mandábamos mails
cincuenta kilómetros de fibra óptica

no,
y no vas a acompañarme hasta casa
atravesando la niebla de la peatonal
con olor a todas las panaderías del centro
arrancando afiches de recitales
de las viejas cabinas telefónicas
no vas a mostrarme Grooveshark
ni chapar escuchando SoKo

no, apenas me llevo:
hablarte una vez al oído
buscarte muchas
hasta cruzar miradas,
la poca conversación que entablamos
sobre entradas a doscientos pesos
y cómo parece caro porque es acá
pero para esa banda está re bien
y además viene con el disco

nos pusimos de acuerdo
en que todo es relativo
pero te fuiste antes
y sin saludar, como un cobarde
antes
de que pudiera preguntarte
si te bajaste el nuevo de Wilco
si te había gustado

yo pensaba que el universo
estaba hecho de cosas perpetuas:
el título secundario
el olor a panadería
las cabinas telefónicas,

cosas perpetuas
llenas de otras
menos perpetuas, como Grooveshark
o la carrera de SoKo

yo
y lo que me gustás
vos
y Wilco

dudo de esas distinciones
ante el tsunami invisible
(y pongámonos de acuerdo
en la perpetuidad relativa de un tsunami)
que nos desborda y hace
que vos te vayas antes
que yo te escriba poemas

Comentarios